sábado, 30 de julio de 2011

CUENTO DE VERANO O LLUVIA DE ESTRELLAS

LA CENTELLA

Una centella  atravesó su vida, debió ser en marzo, el mes de los peces irisados de cola centelleante, quizá por eso apareció  entonces. Él andaba perdido entre palabras, era su oficio. Las engranaba, las urdía y cuando estaban listas, las envolvía una a una como si fueran dulces. Entonces las regalaba. Por eso en un principio no percibió esa luz, estaba muy ocupado interceptando imágenes para guardarlas en sus palabras y después cerrar. Pero poco a poco, con la lentitud de lo certero, esa energía fue albergando su vida por completo. A veces, todo era posible. Primero, tan solo breves destellos. Era pues, fugaz,su naturaleza, hasta ir convirtiéndose en una fugacidad requerida que solo se realizaba en la sonrisa que proyectaba a solas, o en algunas letras que resbalaban de sus manos.   De todos es sabido que las centellas son eternas y fugaces a un tiempo, por ello poseen el don de la generosidad y se permiten atravesar los cielos y alguna vida en las noches de verano. Cuando él descubrió ese secreto, ya nunca nada pudo ser como había sido hasta entonces.
                                                                                          

                                                                                                          María José

4 comentarios:

  1. Para el verano, las centellas, las estrellas fugaces y el polvo de palabras estelar, son una bonita excusa para mirar el cielo.
    Bon estiu.

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  2. Pues eso, miraremos el cielo el día de la lluvia de estrellas, igual coincidimos en alguna fugaz, entonces podemos pedir un deseo educativo...o de los otros :-)

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  3. Ché Chordá que bonito y veraniego, ahora, como le cuentes este a tus chiquillos te van a hacer demasiadas preguntas...

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  4. Precioso, aunque yo diría que es el planteamiento de un texto más largo :)

    Abrazo
    Amparo

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