martes, 29 de marzo de 2011

RELATO. TRAS LA CELDA NÚMERO 13

Bretaña, 1000 Anno domini.
De entre las brumas que se despeñan por un acantilado se adivina el peregrinar de una muchedumbre hacia la Cruz Celta. Allí invocan a sus dioses y claman el fin del mundo. Danzan como si las olas hipnotizasen sus cuerpos y sólo existiese un camino; la cruz o el mar.
Entre el gentío, una mujer: Zohra Bey.
Son perseguidos por jinetes a lomos de la ira, son decapitados, acosados, despeñados. Zohra huye hacia el convento de San Mateo, próximo a la Cruz Celta.

- Corro al convento aunque creo que jamás se abrirá esa puerta. Corro mientras escucho sus herraduras rasgar la tierra y sus espadas segar cabezas. Golpeo la puerta hasta que mi sangre riega el musgo adherido al muro.
Percibo unos ojos tras la cancela pero nadie contesta. Me escondo entre aliagas y tomillos, espero una muerte segura.

De pronto se abre la tierra bajo mis pies y caigo en un túnel oscuro, una cavidad húmeda donde sólo hay unos ojos. Toma mi mano con la prisa de un rayo y corremos a oscuras hasta divisar la niebla que penetra en el hueco. ella me mira y contemplo un espectro de ojos azules y tez blanca. Tengo miedo y su hábito se revuelve, tal vez por mi presencia, tal vez por el viento que introduce, como humo, la niebla. Me besa en la frente y desaparece.

Estoy viva. La Cruz Celta está tan cerca que puedo hacer llegar mis oraciones. Salgo del pasadizo, es de noche, no hay nadie. Mis pies se deslizan sobre las hojas que el viento desordena, quebrantando el silencio del lugar. Ya no percibo su presencia, ni sé si volverá.

Retorno y siento todo el frío del mundo en mis huesos. Ella se acerca, reaparece por el envés de la luna. dice llamarse Sarah, corro tras ella. Atravieso un patio casi metida entre sus faldas, aspiro su olor áspero, mezcla de incienso y hiel.

Llegamos a la celda número 13, la luna entra por la ventana.

Llevo tres días en su estancia. Sarah me alimenta, me viste, me lava, peina mis cabellos con la dedicación de un orfebre. soy su secreto, su herejía. Por eso, cada noche, llora por las dos y clava cilicios en su espalda. Yo la espero y besos sus heridas una a una para calmar su dolor hasta que se duerme y confundo su cuerpo con mis sueños.

al anochecer salimos de la celda número 13, todas las hermanas duermen. Sarah ciñe mi mano como si fuera suya. Observo entre los vanos de esta atalaya cien hogueras que rodean el convento. Sarah aprieta su cuerpo contra el suelo, suplica frente a una imagen.

Se acerca y me susurra al oído que todo ha terminado, que esta es nuestra última noche. Veo en sus ojos el fuego que purifica y sé  que pronto vendrá el Tribunal a despojarme de su boca, a arrebatarme sus manos que rozan mi piel con el miedo a lo prohibido y van deslizándose por mi cuello, acarician mis senos perdiéndose en un abismo.

Volvemos a la celda, amanece en su espalda y en mi cuerpo ahíto de amor.

Despierto con el tañer de las campanas de la torre. San Mateo rezuma un aire extraño y el lecho me anuncia que Sarah no está. Susurros inquietos se escuchan  a través de la alcoba.

Entonces salto del jergón y entreabro la puerta con sumo cuidado, con el corazón en la garganta. Sólo diviso un revuelo de hábitos en un contínuo ir y venir. Estoy sola. A mi espalda tres barrotes cancelando la ventana. Estoy fuera de mí.


Entonces, Padre, supe que realmente estaba sola. 
Se abrió subitamente la puerta de nuestra celda número trece. Diez monjas cercenaban mi libertad y Sarah, se me aparecía como una de ellas, era mi verdugo y mi tribunal. Sus manos, remanso de caricias, señalaban ahora mi cuerpo con la crueldad de una lanza. Sus ojos, desvelaban nuestro secreto y en sus pestañas, se engarzaban una a una, todas nuestras noches. con sus labios menudos me delataba y tragaba como saliva nuestro primer beso.

Ahora, Padre, sé que voy a morir, al alba, pero con ella...eternamente.


                                                                                                        MJ.

(Creo que casi todos sabéis que este relato forma parte de uno de los ejercicios del Taller de Escritura que algunos estamos haciendo en la Fnac. Se trataba de inventar qué podía suceder detrás de una puerta con el número 13 y esto es lo que yo he visto. ¿Qué os parece?)

12 comentarios:

  1. Muy bueno, con resonancias románticas y un toque "POEtico". El fondo del blog le da además cierto amabiente de misterio añadido.

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  2. Vaya intensidad, mucha acción y mucha poesía en tu relato Emejota. Aunque soy mayor, la acción me queda un poco lejos y debido a la brevedad no me puedo meter en la piel de las protas. Destacar que creo que cruzaste los nombres de ellas. La que murió al alba debio llamarse Sarah ya que la monja es la que está echa una maldita Zohra. También por puntualizar (es que llevo gafas), Bretaña correspondería (si es que existía ya con ese nombre alguna Bretaña en aquella época) a Francia, con lo que los nombres de las chicas serían más galos (con un prosodia más sensual que las haches inglesas). Herman Munster estaría de acuerdo con ello.

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  3. Antonio: Gracias por pasarte. No creo que llegue a Poe pero se agradece el juego de palabras. Mi intención era más que sonara a medieval no a romanticismo, aunque igual te refieres al tema ,que romántico, lo es.
    Yarret: Como se te nota el sicólogo que llevas dentro.
    Muy bueno lo de los nombres, me encantan tus correcciones, bicho...y me lo pienso que conste. Me cuesta mucho poner nombres a personajes que invento y estos los tuve muy claros desde el principio. Claro, que no contaba yo con tu agudeza mental.

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  4. Bueno Manolito, como no todos somos Soyapa, me he tomado la libertad de volver al nombre primigenio. ¿Qué os parece?. Por cierto alguien tiene por ahí una foto de mamut..

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  5. Compañera, el cuento em encanta, me parece intenso e intemporal. No creo que su fuerza esté en el medievalismo que quieres mostrar, ni tampoco en el hecho de los amantes sean dos mujeres y una de ellas sea monja, sino en la circunstancia universal que narra: amor y traición.
    Yo revisaría la última frase, me parece más duro, y por lo tanto más verosímil en este caso, decir algo así "Ahora, Padre, sé que voy a morir, al alba, sola..sin ella"

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  6. Uf! cómo me está gustando este blog-comuna, si sigo así necesitaré terapia de desenganche. Me encanta tu modo de verlo, a tí no hay quien te engañe ni literariamente. Muy cierto que su fuerza no reside en la ambientación, pero ayuda. Es un período de la literatura fascinante, más por lo que intuímos que por lo que sabemos. Cierto también que lo de que sean mujeres y monja una de ellas, simplemente me apetecía, además de diferentes religiones, por transgredir un rato. Cierto, amiga, que quizá la fuerza que pueda tener radique en ese tándem amor-traición pero tengo claro que la que traiciona, lo hace porque no puede hacer otra cosa (a veces pasa) y no es casual que sea la monja...sinembargo Zorah, personifica el deslumbramiento, la fascinación, el amor en definitiva, por eso nunca podría decir que muere sin ella. es más digamos que se lleva su amor a la tumba. !Toma ya! y eso que no nos gusta destripar nuestros escritos. Conste que este comentario de texto no lo haré con los poemas...Un besazo.

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  7. Pues puede que Herman estuviera de acuerdo contigo Yarret pero yo encuentro las haches inglesas muy pero que muy sensuales, además de levemente aspiradas.La inspiración te la dejo a ti Mary Jo.Buenísimo.Vaya "atmosphere" que estais creando...

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  8. Elena, te ha delatado lo de Mary Jo, esto de ampararse en la testuzdelmamut no vale, hay que identificarse. Ya me imaginaba que te gustaría lo de las "h" inglesas yo también las encuentro muy sensuales que conste. Este Yarret es un pejiguero, cuando ponga su entrada lo pelamos...Por cierto, pásate por mi umbral y encontrarás un magnífico artículo de tu profe de filosofía de COU.

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  9. Bueno, claro, depende de quien pronuncie esas haches, aunque una anglófila como tú no es un árbitro adecuado para esta disputa. Agradezco sinceramente querida Elena Ortiz, que hayas sacado tiempo para acercarte a este humilde blog del pueblo. ¿Qué tal Camila de cerca? ¿y Carlos? ¿tiene de verdad forma de tampón?.

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  10. Claro que si Yarret, te apoyo, te apoyo. Esa monja es maligna de verdad y María José no lo admite porque es hija suya, pero es mala, pero mala, mala. Vamos, que traicionar así..... de lo malo lo peor y de lo peor lo superior.

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  11. Bueno, bueno, veo por aquí mucho maniqueismo, ni una era tan buena, ni otra tan mala, como suele pasar también en la vida real.Os aseguro que a Sara no le quedó otro remedio, pero la quería, que conste (me lo dijo un día). A ver si le damos caña a este blog que lo veo paradito. ¿Quién se anima?. Elena ya tiene libretita de escritora. Por cierto, como soy buena alumna me estoy leyendo El bolígrafo de gel verde ya que tendremos la oportunidad de tener al escritor en nuestro taller. ¿Alguien se lo está leyendo?.

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  12. Pues a mí me parece que esa historia tiene segunda parte.... está pidiendo a gritos a un salvador con mallas ajustadas de color fosforito :) Pero entonces ya no sería creible, aunque apta para el cada vez mayor público de descreidos...bueno, ya esta bien. Buen relato, si señora.

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